miércoles, 4 de mayo de 2011

LA FLORA DE LA DEHESA





FORMACIÓN DE LA DEHESA

Distribución, tipos  y producción de la dehesa
Distribución de la dehesa: La superficie ocupada por las dehesas en España es de unas 3.116.000  Hectáreas (Has), de las cuales 2.886.000 son encinares y el resto, 230.000 Has, de alcornoques. Estas cifras son bastante variables,  según la  fuente documental consultada, y por tanto podemos decir que son cifras aproximadas, dependiendo de su distribución en Andalucía Occidental,  Extremadura y suroeste de las dos Castillas.  La densidad de pies por hectárea es variable, dependiendo de la comarca: en Huelva,  la densidad es de 40-55,  en Sevilla  de 35-45  y en el resto de otras zonas de España 25-40  árboles por Has.  Los terrenos ocupados por estas áreas son zonas de media  montaña  y montañas no muy agrestes,  como es el caso de Sierra Morena y sus estribaciones, así como las llanuras o mesetas  existentes en  Extremadura, zonas más al sur  de Castilla León y el oeste de  Castilla la Mancha.
En la década  de los noventa se deforestaron un número importante de hectáreas (unas 10.000 has) con encinas y alcornoques, con la cofinanciación de la Unión Europea. Sin embargo, no incluimos esta superficie en nuestros datos  por tratarse de repoblaciones jóvenes que todavía no están en  etapa de producción, ni se recogen datos oficiales. Tendremos aún que esperar resultados.

Tipos de dehesa:
 La dehesa no es homogénea sino que cuenta con variedades, según la zona y el clima. Algunas zonas se caracterizan por masas puras de encinas, alcornoques y quejigos, mientras que otras, como es el caso de Andalucía Occidental, son eminentemente masas mixtas, donde se entremezclan encinas y alcornoques. Los quejigos aparecen en menor medida. No obstante, siempre hay una constante, el  componerte  herbáceo, que es el complemento perfecto para que se mejore el rendimiento del cerdo y la calidad del producto. La mayoría de las dehesas en la Sierra de Huelva  tienen como común denominador el arbolado muy denso, con bastante vuelo; sus producciones son tan altas que en la mayoría de las dehesas  las bellotas se entremezclan de unos árboles a otros, formando una manta de fruto  casi continuo en toda la superficie.
Producciones de la dehesa:
 Anteriormente hemos dicho que  la  dehesa  oscilaba entre  25 y 55 pies por hectárea. Podemos considerar que ello implica un promedio de 40 árboles,  cuya  `producción por árbol es de unos 15-20 Kg, y por tanto obtendríamos un total de 500-800 Kilogramos de bellotas. En cuanto a  bellotas por hectáreas, en la Sierra de Huelva  es fácil  llegar a  800-1200 Kg. por Ha.

ECOSISTEMA DE LA DEHESA

La dehesa es el bosque mediterráneo ahuecado por eliminación del matorral y selección de los árboles más productivos; un pastizal arbolado resultado de la interacción del hombre y su ganado sobre el bosque.

Es una forma equilibrada y racional de aprovechamiento múltiple y sostenible de los recursos naturales: pastos, bellota, ramón, leñas, corcho, caza mayor...

Tiene al mismo tiempo una gran diversidad biológica, sirviendo además de área de alimentación de muchas de las especies que nidifican o se refugian en el bosque y en los roquedos de Monfragüe.

Por ejemplo, las aves carroñeras; alimoches (Neophron pernocterus) y buitres (Gyps fulvus y Aegypius monachus) obtienen su mayor alimento de las carroñas provenientes del ganado (vacas, cerdos, ovejas y cabras) criado en la dehesa, junto a las provenientes de la caza mayor como ciervos (Cervus elaphus) y jabalíes (Sus scrofa) que también suplementan su alimentación en la dehesa; otro ejemplo importante es el del águila imperial (Aquila adalberti) y el lince (Lynx pardinus) que tienen como base alimenticia el conejo (Oryctolagus cuniculus) que encuentran un hábitat idóneo en la dehesa.

Además constituye el hábitat de una gran diversidad de fauna y flora, por ejemplo: en el pastizal se llegan a encontrar hasta 40 especies distintas herbáceas por m²; entre los reptiles destaca el lagarto ocelado (Lacerta lepida) que encuentra aquí un lugar idóneo por sus requerimientos caloríficos; entre las rapaces destaca el bello elanio azul (Elanus caeruleus) y entre los mamíferos tenemos al lirón careto (Elyomis quercinus), a garduñas (Martes foina) y comadrejas (Mustela nivalis)

lunes, 2 de mayo de 2011

EL TORO DE LIDIA BUSCA AYUDAS PARA SOBREVIVIR

La conservación de las dehesas y los toros.

La conservación de las dehesas y los toros.
(conclusiones del "Congreso Internacional Antitaurino" celebrado en Barcelona)
  • Que el supuesto problema de la conservación de la dehesa que han planteado algunos sectores taurinos como argumento que justifique la continuidad del espectáculo no son ciertos ni están, en absoluto, ligados con el mantenimiento de las corridas de toros.
  • Que el toro puede seguir conservándose si efectivamente hay interés y voluntad de conservarlo. Para la conservación de la dehesa y las ganaderías de toros no es necesario, ni mucho menos imprescindible, que a los toros se los tenga que lidiar y torturar.
  • Que si el dinero público que se invierte en la actualidad en el mantenimiento y promoción del espectáculo taurino se destinase a la conservación de las dehesas, estos ecosistemas estarían comparativamente, dieciocho veces más protegidos económicamente de lo que lo están en la actualidad. (La inversión media que destina el Estado Español a la conservación del ecosistema es de 60 y 80 euros por hectárea. Con el dinero invertido en la tauromaquia la inversión a la protección de las dehesas sería superior a los 1.200 euros por hectárea).
  • Que la conservación de la dehesa y los toros pasa también por otros recursos de sostenibilidad, como, por ejemplo, los recursos ganaderos, o del alcornoque para la comercialización del corcho.
  • Que la protección del toro como especie debe ser la misma que la de otras muchas especies. No existe un determinismo genético y absoluto en relación a la denominación de “toro bravo” o “toro de lidia”, ya que se trata de una agrupación bovina que tiene un múltiple origen racial. Este tipo de ganaderías existen con fines comerciales y los ejemplares destinados al espectáculo taurino son seleccionados en función de su instinto atávico y temperamental para la defensa en sus conflictos y combates nupciales o territoriales.
  • Que los continuos cruces entre distintos ejemplares y razas con fines comerciales y de la lidia han influido negativamente y han contribuido a la desaparición de las razas autóctonas.

TEORÍA TAURINA DEL CIRCULO

El círculo y la Fiesta según Moneo El pregonero ensalza la tauromaquia a través de la evolución arquitectónica de las plazas. En su presentación, Agustín Díaz Yanes dijo que "Moneo es a la arquitectura lo que Joselito el Gallo y Pepe Luis Vázquez al toreo"
Patricia Godino | Diario de Sevilla, 2011-04-25

"Los toros han estado siempre presentes en mi vida y no son estos tiempos para negar, como Pedro hiciera, lo mucho que disfruté con ellos y cuánto valoro el contenido de la Fiesta, ya que, junto a la indiscutible y poderosa emoción estética que suscita, también elude a cuestiones tan serias como la vida y la muerte". Con estas palabras celebró el arquitecto Rafael Moneo (Tudela, Navarra, 1937) el encargo, realizado por el teniente de hermano mayor, Alfonso Guajardo-Fajardo, y el maestrante Javier Benjumea, de pronunciar el pregón en el Teatro Lope de Vega con el que ayer se abrió la temporada taurina en Sevilla, una tarea que en su día también le fue confiada a escritores como Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes, al pensador Francis Wolff o al dramaturgo Albert Boadella y que han contribuido a acercar el pensamiento al mundo del toro.

Desde ayer, y a través del discurso culto y sobrio de este arquitecto universal de trato sencillo y tímido ante el aplauso colectivo, la historia del toro tiene un nuevo capítulo dedicado a la evolución arquitectónica de las plazas de toros, y su influjo en la tauromaquia, que realizó el intelectual navarro, "una de las mentes preclaras de España en la actualidad", en palabras de Agustín Díaz Yanes.

El cineasta responsable de la versión cinematográfica de Alatriste, y gran aficionado por herencia paterna, fue el encargado de presentar el discurso de Moneo, al que calificó como "un maestro con la categoría de sabio; es a la arquitectura lo que Joselito El Gallo y Pepe Luis Vázquez al toreo"; no en vano, recordó, "es el único español galardonado con el premio Pritzker, el Nobel de la arquitectura".

En una mañana en la que Sevilla muda su piel de cofrade a taurina, Moneo paseó su memoria de infancia por la liturgia de los espadas sobre el albero: "Mis padres nos llevaron siendo niños a los toros y hoy conservo el recuerdo lejano de Manolete, aquel torero cuya sola presencia, fuera y dentro de la plaza, permitía entender lo que es la dignidad". Y, años después, "a las fiestas de Navarra" donde "encierros y vaquillas establecían la frontera entre la niñez y la adolescencia", para detenerse luego en el vínculo que lo une con Díaz Yanes. "En la primera mitad de los años 40, la de mi infancia, uno de los héroes locales era el matador de toros Julián Marín", quien, recordó, era "asistido por el competentísimo torero de a pie Agustín Díaz Michelín", padre del cineasta que, previamente, destacó como "sus mejores faenas" dos decisivas obras en la historia de la arquitectura moderna en España: el edificio Kursaal de San Sebastián y el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.

Fue el encargo de remodelación de la plaza de toros de Pamplona, al comienzo de su carrrera profesional, el definitivo episodio que llevó a Rafael Moneo a conocer "las entrañas" de los templos de la tauromaquia, a cuya evolución dedicó ayer su discurso.

El también responsable de la ampliación del Museo del Prado repasó los orígenes arquitectónicos de las plazas de toros remontándose al antiguo coso madrileño de la Puerta de Alcalá -ya desaparecido- para recordar cómo el círculo, frente a la geometría rectangular de las plazas mayores de los primitivos juegos de toros -"donde sucedían múltiples episodios y que protagonizan toreros de a pie y a caballo, varilargueros, rehileteros, alguacilillos y mozos de cuadra"-, determinó algunas de las claves del toreo. La consolidación de la Fiesta, ocurrida a finales del siglo XVIII, pasa por el diseño de un nuevo espacio promovido "por los propios matadores", ya que "la condición rectangular de las viejas plazas mayores hacía que los toros encontrasen defensa en los ángulos rectos, en las esquinas, buscando la querencia y haciendo difícil la lidia".

Y es que "el paso del cuadrado al círculo es un tránsito bien conocido en la historia de la arquitectura", apuntó el también diseñador del edificio de Previsión Española y el aeropuerto de San Pablo en Sevilla. La condición circular de los cosos "lleva a que los espectadores se centren en un solo episodio", dejando atrás la condición caótica del anterior toreo, argumentó el arquitecto remitiéndose a estampas del XVIII y los grabados de Goya. Y es por su naturaleza circular, "el ruedo potencia y provoca la soledad del toro y el torero, a pie o a caballo". "Cuando el torero tan sólo tiene presente al toro, cuando ignora la presencia del público y no pretende ni seducirlo ni cautivarlo, es cuando la Fiesta alcanza todo su valor. Es lo que
a mi entender ocurre cuando torea José Tomás". De ahí la singularidad del arte del toreo frente a otros espectáculos -deportivos, teatrales o circenses-, porque "en una tarde de toros puede pasar todo o no pasar nada".

Además de valorar el papel democrático del público en el tendido y de invitar al estudio del urbanismo hispano a partir de sus plazas, Moneo quiso loar el coso de la Maestranza, que para él es "la plaza de toros por antononomasia". Es, ensalzó, "uno de esos edificios exentos, capaces de encarar solos el paso del tiempo y que hacen que Sevilla sea lo que es". Para el arquitecto, que recibió emocionado el cerrado aplauso del auditorio, "la Maestranza nos traslada al campo, a las haciendas y cortijos en los aledaños de Sevilla, en los que la puerta de acceso al recinto se convierte en origen de lo que va a ser su arquitectura".

Aunque la belleza no es plena si las suertes no se dan cita sobre la arena: "Hay obras de arquitectura que pueden vivir sin atender a lo que fue la condición instrumental que tuvieron. Nadie le pregunta a la Giralda si echa en falta al muecín. Las plazas de toros, sin embargo, incluso la Maestranza, necesitan del toro, del torero y del público. Sin ellos tal vez hagan ciudad, pero sólo viven las tardes de toros", como la que ayer llevó a Moneo al coso "que mira al río" donde, "la arquitectura, discretamente, dejará de estar presente, desaparecerá ante la plenitud de una media verónica".