jueves, 17 de marzo de 2011

EXPOSICIÓN DE ATLAS

Atlas. ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?

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 Vistas de la exposición. Cortesía: MNCARS
Atlas ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?, es uno de los proyectos más sugerentes de los últimos años, al subrayar la importancia del conocimiento basado en la activación de las relaciones. Toma como punto de partida el legado conceptual de Aby Warburg, a través de su Atlas Mnemosyne y desarrolla su discusión en el extenso ensayo del catálogo- libro, escrito por su comisario Georges Didi-Huberman.
La exposición se plantea como un dispositivo que abra a una reflexión sobre el significado de las imágenes en la interpretación del mundo. Si bien el punto de partida es el Atlas Mnemosyne de Warburg (el ensayo aborda de manera rigurosa esta perspectiva), la exposición no pretende ilustrar su pensamiento sino reivindicarlo propiciando una relectura crítica del sentido del archivo, rescatando aquellos proyectos que simulan o se apropian del “archivo” como metodología de trabajo.
 
«El Atlas warburgiano es un objeto pensado a partir de una apuesta. Apostar que las imágenes, agrupadas de cierta manera, ofrecerían la posibilidad –o mejor, el recurso inagotable– de una relectura del mundo» afirma Didi-Huberman en su texto.
Frente al archivo que pretende reunir una totalidad, el atlas se configura como una selección sobre la que prima la decisión, un plan, un programa. De este modo la exposición tiende a reformularse como un espacio de pensamiento (el Denkraum de Warburg) aplicado a las imágenes de nuestro tiempo y de nuestra memoria, sugiriendo fricciones y vibraciones entre imágenes y proyectos muy diversos, con el objetivo de desencadenar otras pautas de análisis visual, donde las relaciones no se basan en la similitud sino en una afinidad productiva.
En un proyecto de estas características lo más importante son las relaciones y lo que estas sugieren, la apertura de nuevos e insospechados caminos de reflexión. La división de la exposición en capítulos podría sugerir un formato libresco, pero las propias obras se encargan de flexibilizar y tensionar un recorrido apasionante. En él se inserta, expuesta por primera vez, una selección del archivo de cerca de 30.000 imágenes sobre la I Guerra Mundial recopilado por Warburg desde el estallido del conflicto (el impacto del conflicto y la derrota alemana le provocó graves trastornos psíquicos y hubo de ser ingresado en una clínica en Suiza de la que salió en 1924). Frente a este fragmento de archivo, se exhiben las imágenes y textos sobre la II Guerra Mundial reunidos en cuadernos por Bertolt Brecht a partir de noticias de prensa, y sobre lo que Didi-Huberman ha escrito el libro Cuando las imágenes toman posición.
La selección de obras evita cualquier discurso cronológico o histórico para subrayar la función activa del dispositivo exposición. No son tan importantes las obras en sí como lo que estas son capaces de activar en vibración con el resto. No es una exposición de obras sino de relaciones entre obras, no es tan importante la singularidad de un trabajo como la arquitectura conceptual que crea el conjunto. De este modo se revisa críticamente la función de la exposición y en esto estriba también su importancia. No cabe duda de que el hecho de que Georges Didi-Huberman no sea un comisario al uso, sino un escritor y un pensador, facilite esta reconsideración del formato exposición.
No obstante la ausencia de información más detallada para cada obra convierte el proyecto en una tarea difícil y casi inabordable para el gran público, y requiere en cualquier caso un esfuerzo suplementario que solo el libro-catálogo puede ofrecer.

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